Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos
misericordiosos a este hijo que viene a Ti,
lleno de confianza y amor,
a implorar tu maternal protección.
Tú dijiste a santa Catalina Labouré:
"Venid al pie de este altar, aquí
se distribuirán las Gracias sobre cuantas
personas las pidan con confianza y fervor,
sobre grandes y pequeños."
Santa Madre, te damos gracias
por entregarnos el gran don celestial
de tu bendita Medalla Milagrosa.
Creo y confío en tu Medalla,
Madre mía del Cielo,
y te amo con todo mi corazón,
teniendo la plena seguridad
de que escucharás mi súplica.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
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