Mi Señor, Tú que me has elegido para amar,
concédeme la gracia de amar sin esperar nada.
De poder salir fuera y encontrar:
Quién necesita
Quién espera
Quién llama
Quién grita
Quién es más preferido ante tus ojos.
Ayúdame Señor y no me dejes hacer
distinción pues todos somos tus hijos.
Diversos en razas, religiones y pensamientos
y todos tenemos cabida en tu mesa fraterna.
Que no sea yo, quien aparte a nadie de tu mesa.
Sigue habiendo tantos pies que lavar.
Sigue habiendo tanta oscuridad que iluminar.
Sigue habiendo tantas cadenas que romper.
Señor, pan y vino para el pobre quiero ser.
Amén
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