Oh San Leonardo Murialdo, 
que has sabido poner tu vida 
al servicio del amor al prójimo, 
de tal manera que en todas sus expresiones 
se trasformó en acontecimiento de caridad, 
enséñanos cada día a hacer bien el bien. 
Danos una intensa vida de oración 
y un corazón atento a los niños, 
a los jóvenes y a las familias, 
especialmente aquellas más pobres. 
Ayúdanos a vivir con alegre esperanza y
sereno abandono a la amable voluntad de Dios.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén

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