¡Oh bienaventurado San Nicolás de Bari!
a quién Dios ha glorificado con grandes milagros
manifestando su voluntad de que acudamos a ti,
en los momentos difíciles de nuestra vida,
confiados en tu santa y benigna protección.
¡Oh santo de caridad! al que acuden muchos:
las familias, los pobres, los enfermos, los comerciantes,
los empleados, los presos, los niños, las mujeres en peligro;
yo, humildemente te imploro me alcances la gracia por
......................................................(pedir la gracia)
confiado en tu poderosa protección, la que nunca niegas
a tus devotos, para que favorecidos por tus bondades,
cantemos una vez más las misericordias del Señor,
y las maravillas de sus santos y sus ángeles.
¡Providentísimo San Nicolás! no me abandones.
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