Enfrentar el paso, sin volver atrás, 
fijando una única meta: ¡Sólo Dios! 
A Él la gloria, a los otros la alegría, 
a mí el precio a pagar, 
sufrir mas jamás hacer sufrir. 
Seré severa conmigo misma y 
toda caridad con las hermanas: 
el amor que se dona es 
la única cosa que permanece.
Amén.

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