Dios Todopoderoso, que inspiraste a
san Leonardo un gran desapego
de las cosas de este mundo y
un deseo de servirte ayudando
a los que sufren, te pedimos que,
por su intercesión nos veamos libres
de las ataduras del pecado
para servirte con un corazón indiviso.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario