Protege, Señor, a tus misioneros combonianos,
religiosos, religiosas y laicos, que dejan todo
para dar testimonio de tu palabra y de tu amor.
En los momentos difíciles, sostenlos,
consuela sus corazones, y corona
su trabajo de frutos espirituales.
Y que tu imagen del crucifijo que
les acompaña siempre, hable a ellos de
heroísmo, de generosidad, de amor y de paz.
Amén.
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