Santa María que elegiste a tu siervo
Domingo de Guzmán para que,
empuñando el santo Rosario,
extendiera tu nombre a lo largo
y a lo ancho del mundo.
Que tu nombre y el nombre de tu
Hijo sean siempre nuestra esperanza
y nuestra consigna, para llegar así,
limpios y salvos a la eterna morada
donde el Padre Celestial nos espera.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario