¡Oh San Juan Bautista! Mártir invencible, que,
por el honor de Dios y la salvación de las almas,
quisiste con fortaleza y valentía soportar, a costa
de tu propia vida, la impiedad de Herodes, a quien
reprendiste abiertamente por su mala y adúltera vida;
te pedimos que, por tu intercesión, nos obtengas un
corazón valiente y generoso, con el fin de que podamos
profesar abiertamente nuestra Fe, en la obediencia fiel
a las enseñanzas de Jesucristo, nuestro Divino Maestro,
y que recibas a los mártires de todos los tiempos, que
ofrecieron su vida por la causa del Evangelio y la Fe.
Amén.
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