"Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro,
y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia...
A ti te daré las llaves del reino de los cielos;
y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos,
y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos"
(Mt 16, 18-19).
Las tres metáforas que utiliza Jesús son en sí muy claras: Pedro será el cimiento de roca sobre el que se apoyará el edificio de la Iglesia; tendrá las llaves del reino de los cielos para abrir y cerrar a quien le parezca oportuno; por último, podrá atar o desatar, es decir, podrá decidir o prohibir lo que considere necesario para la vida de la Iglesia, que es y sigue siendo de Cristo. Siempre es la Iglesia de Cristo y no de Pedro. Así queda descrito con imágenes muy plásticas lo que la reflexión sucesiva calificará con el término: "primado de jurisdicción" .
Las tres metáforas que utiliza Jesús son en sí muy claras: Pedro será el cimiento de roca sobre el que se apoyará el edificio de la Iglesia; tendrá las llaves del reino de los cielos para abrir y cerrar a quien le parezca oportuno; por último, podrá atar o desatar, es decir, podrá decidir o prohibir lo que considere necesario para la vida de la Iglesia, que es y sigue siendo de Cristo. Siempre es la Iglesia de Cristo y no de Pedro. Así queda descrito con imágenes muy plásticas lo que la reflexión sucesiva calificará con el término: "primado de jurisdicción" .
Fuente: Papa Benedicto XVI
Audiencia general del 07/06/2006
Audiencia general del 07/06/2006
(trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana rev.)
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