sábado, 24 de diciembre de 2011

VIGILIA DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR


La vigilia de Navidad nos lleva de la mano hasta la gruta del nacimiento para que en él veamos nuestro propio renacimiento: para que contemplemos y adoremos la gloria oculta del hijo de la Santísima Virgen María.
En esta espera de esperanza de hoy, la Iglesia nos invita al júbilo y a la santidad.
Para compañía, ejemplo y ayuda, la Iglesia pone a nuestro lado a  María Inmaculada y no podríamos encontrar más dulce acompañamiento.
Unidos a la ternura de Nuestra Señora, esperamos con impaciencia el momento en que Jesús, Dios eterno e Hijo del Padre, queriendo consagrar el mundo con su venida misericordiosa, nazca, hecho hombre, en Belén de Judá.

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