si no quieres sucumbir entre las olas del mundo.
Cuando soplen vientos de tentaciones o te abatan tribulaciones,
mira a la estrella, invoca a María.
Cuando olas furiosas de soberbia, ambición o envidia amenacen tragarte,
mira a la estrella, invoca a María.
Si la ira, avaricia o impureza quieren hundir la nave de tu alma,
mira a la estrella, llama a María.
Si, desesperado por la multitud de tus pecados,
anegado por tus miserias, empiezas a desconfiar de tu salvación,
piensa en María.
En los peligros, en los sufrimientos, en tus trabajos y luchas,
piensa en María, invoca a María.
Que su nombre no se aleje de tu corazón ni se separe de tus labios.
Amen.
Rezar tres Ave María.
No hay comentarios:
Publicar un comentario