Dijo el Padre Kolbe a sus seguidores en la homilía del domingo 10/01/1937:
"Hijos míos, ¡amen a la Inmaculada! ¡Ámenla y los hará felices! Ámenla y confíen en Ella sin límites. No a todos es dada la gracia de comprender a la Inmaculada. Sólo la alcanza quien se la pide de rodillas, en la oración. La Inmaculada es la Madre de Dios. Sabemos lo que quiere decir madre. Pero, ¿sabemos lo que quiere decir Madre de Dios? Sólo el Espíritu Santo puede dar la gracia de conocer a su esposa, la Virgen, a quien quiere y cuando y como lo quiere...
Queridos hijos, no aspiren a cosas extraordinarias. Ansíen sólo cumplir la voluntad de la Inmaculada. ¡Que se cumpla su voluntad y no la nuestra!"
Amén.
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