¡Oh Glorioso Patriarca San José!, heme aquí, postrado de rodillas ante vuestra presencia, para pediros vuestra protección.
Desde ya os elijo como modelo de padre, esposo, protector y guía. Bajo vuestro amparo pongo mi cuerpo y mi alma, mi familia, mi vida y mi salud. Aceptadme como hijo vuestro. Preservadme de todos los peligros, asechanzas y lazos del enemigo. Asistidme en todo momento y ante todo en la hora de mi muerte. Amén.
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