jueves, 24 de marzo de 2011

25 DE MARZO: DIA DE LA ANUNCIACION Y ENCARNACION DEL SEÑOR.


 “El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo (...). Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tú palabra.” (Lucas 1, 30-32, 38)
 
Se llama "Anunciación" a la visita del Arcángel Gabriel, enviado por Dios a la Virgen María para pedirle que sea la Madre del Verbo por la gracia del Espíritu Santo. Ella, conciente de su dignidad y al mismo tiempo su pequeñez, consintió entregándose sin reservas a la voluntad de Dios. El "Sí" de María Santísima abre el camino a la Encarnación que ocurre en ese momento. En ese instante el Verbo se hizo carne. Dios eterno vino a habitar en Ella asumiendo la naturaleza humana.

Celebramos la Anunciación el 25 de Marzo por ser 9 meses antes de la Navidad (Nacimiento del Señor)
María Santísima un 25 de marzo le dijo a Sta.Bernardita en Lourdes: "Yo soy la Inmaculada Concepción".

Recordamos la Fiesta de la Anunciación:
  • Rezando el Angelus, al mediodía.
  • Rezando el primer misterio gozoso (Lc 1. 26-38) del Rosario
  • Celebrando el Día del niño por nacer, rezando el Santo Rosario por la Vida.

El día de la Anunciación el Verbo se hizo carne; La Segunda Persona de la Trinidad asumió la naturaleza humana y comenzó a vivir en el vientre de María Santísima.

 

Oración
Hoy ponemos en tus manos Madre Santísima por medio de este Santo Rosario la protección de la Vida humana no nacida, enséñanos a amar y decir Sí a la Vida, Si a Dios, Si a Jesucristo Señor de la Vida, Verdadero Dios y verdadero hombre.
Hoy junto a ti María, junto a tu Hijo amado, Nuestro Señor Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento del Altar, enséñanos a rescatar en el silencio de la contemplación que nutre nuestros corazones, el misterio de la sacralidad que irradia cada vida humana, que sale de las manos de su Creador, Dios mismo dador de la Vida. Enséñanos a respetar y proteger la vida humana que sólo pertenece a Dios.
Amén.

 
¡Oh María sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos!

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